En las naves industriales de fábricas existen equipos que generan calor, y entonces se experimentan incrementos de temperatura debido al calor que emite la maquinaria, que se añade a la temperatura externa, y el efecto que ésta genera al interior de la nave, así como al calor generado por el mismo trabajo físico que realizan los trabajadores durante la jornada laboral.
Acumulación de polvo y malos olores
La combinación de estos factores, junto a la acumulación de polvo o malos olores, provoca una situación de riesgo más grave aún, y si no se cuenta con las condiciones adecuadas de ventilación se genera riesgos laborales.
Esta situación puede derivar en el desarrollo de graves patologías en los empleados, como por ejemplo: mareos, golpes de calor, desvanecimientos por deshidratación; o agudizar enfermedades ya existentes como la dermatitis o alteraciones cutáneas, sobre todo en ambientes secos.
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